TURISMO

Cerro Colorado: un destino con historia y naturaleza

De paisajes en colores rojizos y ocres, el Cerro Colorado resalta por su increíble legado arqueológico, situándose a solo dos horas de la ciudad de Córdoba. Aquí se encuentra su Reserva Natural y Cultural, que junto con las Cuevas de las Manos en Santa Cruz, conforma uno de los centros pictóricos de arte rupestre más destacados del país.

El primer imán que tiene esta localidad son sus cientos de aleros, con más de 35000 representaciones de los pueblos sanavirón y comechingón de hasta 2000 años de antigüedad. Un dato importante: solo algunos pueden ser visitados, siempre junto a un guía habilitado.

El paso por esta reserva, que comprende cerca de 3000 hectáreas y fue declarada Monumento Histórico Nacional, es uno de los planes ideales para visitar en familia, con el fin de aprender mucho más sobre la cultura prehispánica de nuestra provincia. Un plus: visitar el Museo Arqueológico Cerro Colorado.

En la escapada es una buena idea salir a caminar y seguir conociendo la belleza del poblado. Enmarcada por el río Los Tártagos y el arroyo Los Molles, en esta comuna no falta el descanso y la tranquilidad. También, se recomienda visitar la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, sencilla y pintoresca, con una fachada llamativa hecha con piedras labradas.

Otra de las paradas obligatorias será la casa museo de Atahualpa Yupanqui. Fue aquí donde el cantautor eligió vivir y hoy, su antigua residencia es un museo que rememora su carrera artística. Es posible recorrerla en visita guiada. ¿Un imperdible? Desde allí aparece el sendero El Silencio, un camino natural que solía transitar Atahualpa para inspirarse en sus canciones. Un consejo: preste atención a los costados del camino. Sobre las piedras han sido plasmadas frases y estrofas de sus canciones.

Los festejos en el Cerro Colorado abundan a lo largo de todo el año. En febrero, las fiestas patronales en honor a la Virgen de Guadalupe; en mayo, se rememora el fallecimiento de Yupanqui; en Semana Santa, se realiza el Vía Crucis; en agosto, el homenaje a la Pachamama y en noviembre se realizan las “cabalgatas yupanquianas”.

Museo Atahualpa Yupanqui

Entre coplas y montañas, dentro de los sitios infaltables que se deben conocer en el Cerro Colorado, se incluye la casa museo del cantautor Atahualpa Yupanqui. Accediendo por la RN 9 norte, se llega a este lugar mágico que resguarda la vida y obra de este artista.

Con el nombre de Agua Escondida, este lugar fue refugio de Yupanqui luego de sus viajes por distintos lugares del mundo. Junto a una guía del lugar, es posible recorrer esta residencia y conocer, a través de sus objetos personales, fotografías y otros documentos, su paso por esta región y su huella en la música folcklórica del país.

Desde un cuadro pintado y autografiado por Benito Quinquela Martín, hasta la guitarra del propio Atahualpa, la colección es variada e incluye partituras, libros y discos de época.

Para los amantes de la tranquilidad y la naturaleza, luego de recorrer el museo, desde allí se puede emprender una caminata por el Sendero El Silencio (incluido en el valor de la entrada). La clave será recorrer el mismo camino que Yupanqui transitaba para inspirarse y escribir canciones. Delineando el circuito, aparecen piedras que poseen pequeñas estrofas y frases escritas, mientras que se escucha el murmullo de las aguas cristalinas del río de Los Tártagos.

Pictografías

Uno de los principales atractivos que tiene la comuna Cerro Colorado es su Reserva Natural y Cultural. Este espacio legendario se cuenta entre los yacimientos arqueológicos más importantes del país.

En primer lugar, se recorre el cerro que le dio nombre a la localidad. Esto permitirá conocer los aleros y cuevas que utilizaron los pueblos originarios. Es aquí donde, además, se encuentran testimonios inscriptos con pinturas rupestres sobre las piedras.

Con colores blanco, negro y rojo, los pueblos sanavirones y comechingones dejaron plasmadas sus historias de vida. Esto se logra observar a través de la visita guiada que dura aproximadamente una hora. En ella, una guía local explica sobre la importancia de este legado para la provincia.

Declarada Monumento Histórico Nacional, esta reserva –de unas 3000 hectáreas de extensión– permite conocer la huella de nuestros antepasados a través de innumerables senderos de areniscas rojizas y paredes de piedra, donde abunda una gran vegetación. A su vez, se pueden visitar las salas del Museo Arqueológico, donde se exponen puntas de flechas, morteros, conanas y otros tantos objetos de la época prehispánica.

Fuente consultada: Córdoba Turismo